El 20 de Octubre (fecha complicada, un nuevo fallecido) se cumplieron 3 años de la Masacre de los policías en la Planta de Transmisión.
El triple crimen ocurrió en la madrugada del 19 de octubre, en el predio de Comunicaciones del Ministerio de Seguridad: allí fueron asesinados el sargento Pedro Díaz y los suboficiales Alejandro Vatalaro y Ricardo Torres Barbosa.
Vatalaro recibió 33 puñaladas y dos tiros, uno en el pecho y otro en la nuca.
Torres Barbosa tenía siete puñaladas y dos tiros.
Díaz, que logró escapar y disparó contra los agresores, le asestaron 14 puñaladas y tres tiros.
Los tres policías masacrados, entre las 2 y las 4 de la madrugada del viernes 19, habían coincidido por diferentes razones en esta planta de la Policía Bonaerense, desguarnecida y sin alambrado, donde sólo hay sembradas antenas de transmisión y un depósito de equipos de comunicación.
El edificio asaltado pertenece al Ministerio de Seguridad y que allí estaba en funcionamiento un DVCRAU de menor capacidad que el de la SIDE (solo intercepta 3.800 líneas) pero de igual eficacia. También que los autores del hecho no serían ajenos al ámbito del espionaje, que robaron el aparato en cuestión y que por eso era necesario no dejar testigos vivos.
Las familias piden que la ciudadanía los recuerde y reclamen por el esclarecimiento. Y yo, adhiero a sus pedidos.
4 comentarios:
"Bronca porque matan con descaro,pero nunca nada queda claro".
Que vigencia la de esta marcha.
En tres años los investigadores no tuvieron la ocurrencia de buscar a quien le daría uso a un aparato tan específico.
Ni ahí que es obra de cacos al voleo y lo cambiaron por merca.
Esa investigación no avanza al estar trabada desde adentro,debe tocar nalgas importantes.
ES UNA INDIGNACION,MUEREN UN PIQUETERO ,UN DELINCUENTE Y LE DAN PRENSA, ADEMAS DE METER PRESO A ALGUIEN ,EN CAMBIO MUERE UN POLICIA Y QUEDA EN EL OLVIDO
Es complejo. Mucha gente no vé con buenos ojos a la policía. Pero realmente, este afiche que ví pedía a la civilidad que ayudara a pedir el esclarecimiento pues están convencidos que fue mano de obra interna, de la propia institución.
Además, como bien dice Moscón, ¿quién está en condiciones de usar un aparato así? ¿a quién le interesa no dejar un testigo vivo?
Entonces, realmente, a la civilidad debería preocuparnos mucho que esto se resuelva, además de las vidas humanas, el móvil.
Saludos Moscón y Cintia
Comparto plenamente lo dicho por Moscón, es una cuestión plenamente interna.
Saludos
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