viernes, 2 de junio de 2006

¿Vos creés en los duendecillos? Yo, NO.

El hogar de cualquier familia bien constituída está habitado por mágicos duendecillos; si no lo sabías, te estás enterando ahora... y es verdad!!!
Podés no creer en gnomos, elfos y demases especímenes; pero, si sos hombre, SEGURO aceptarás su existencia apenas leas esto!!!
Los hay de diversos colores, resistencias y actitudes; a cada uno de ellos, le corresponde una parte del hogar, y sólo se ocupa de ese ámbito. Desarrollan sus tareas sin que nadie los perciba; pero porque ellos existen, es posible la vida... je je je

El duendecillo blanco: Es una variedad muy, muy resistente. Habita el baño; cambia el rollo de papel higiénico, una y otra vez, incansablemente... cuando el palito portarollo que dejaron mal colocado salta, y todo el papel se moja a causa que alguien no logra hacer la correcta puntería, él junta los trocitos de papel, y los arroja a la basura. Es tan, pero tan despierto, que le alcanza al duendecillo rojo el tubito interno de cartón de los rollos que se acabaron... junta toallas, toallones, medias, zapatos y zapatillas; ropa interior, remeras sudadas, y abre la ventana para dejar ir el vapor. Baja el asiento del inodoro, y lo limpia (si, por lo que hizo el de la "puntería"); saca pelos de todos los desagües, sopapea las cañerías cuando se taponan, y hay que verlo limpiando la punta del pomo de dentífrico!!! enrrolla la parte trasera, y lo deja listo para que la pasta salga correctamente.... pese a su pequeño tamaño, presto aprieta los botones o tira las cadenas del depósito del inodoro, y siempre, cepillito en mano, deja la taza inmaculada, como si nada hubiera pasado... luego del baño, seca las cerámicas de la pared, y limpia el espejo. Asiente con su cabecita cuando le preguntamos si alguna vez se cortó con un filo descartable de esos que aparecen tirados en cualquier lugar menos donde se debe, y se pone triste, mientras muestra las cicatrices de sus manitas... Huele a shampoo y crema de enjuague, dado que se ocupa de tapar mil y una veces los diferentes envases; a veces, huele a cereza salvaje, a veces, a manzanas verdes.Trabaja día y noche, y es el que permite que cuando ingresás al baño, todo esté en orden. Bien por el duendecillo blanco!!!

El duendecillo rojo: Simpático y bonachón, lo encontramos en la cocina, siempre sentadito con sus piernas colgando de la mesada. Lleva bajo sus brazos las bolsitas vacías del super, para reponer en el tarrito de desperdicio. Pocas cosas superan su perfección en la relación del encaje bolsita/tarrito. También se ocupa de sacar la basura, sin chorrear el piso, ni dejar cáscaras de papas y naranjas en el recorrido desde la cocina hasta el lugar indicado; es muy, muy astuto. Repone sistemáticamente bebidas en la heladera para que siempre tengas algo frío; conoce el detestable sabor de la Coca Cola tibia!!! Guarda prolijamente la manteca en la mantequera, y le saca las migas de las tostadas que dejaste sobre ella. Limpia el piquito del doy pack de mayonesa, sacando ese color a aceite revenido, y lo hace con tanto empeño!!! Es un as a la hora de limpiar el azúcar que, como la mojaste con la cuchara húmeda con café por la mañana, ahora es un cascote. Comprensivo y afectuoso, cuando a horarios insólitos te preparás un plato de vermicellis con salsa filetto, aplica su extrema delicadeza en arrojar, dentro de la olla que usaste para cocer los fideos, un chorro de agua; criterioso como es, comprende que las ollas de tu vajilla, no son descartables, y que si dejas los fideos secar hasta el día siguiente, deberás desechar para siempre tu amada olla. Tiene un sólo vicio, que te es funcional: come las rodajas de la punta de los panes tipo lactal. Es destacable su habilidad para rearmar el paquete de fiambre que lograste hacer un bollo, mezclando jamón con salame, decorado con algunas tiras de queso dymbo. Lava tazas, vasos y platos, y los guarda en los armarios. Como es harto inteligente, sabe que si cae azúcar vienen las hormigas, y apenas vé que tiraste media azucarera, la junta rápidamente!!!

El duendecillo azul: Su hábitat son los dormitorios. Es delgado y ágil; salta de cama en cama, apuradito, llevando y trayendo, llevando y trayendo... músculos trabajados como gacela tiene. Hace paquetitos con tus medias, para que las encuentres de a pares; y levanta las sucias del piso, para ponerlas en el correspondiente cesto de ropa sucia. Huele una por una tus prendas, y las que detecta sucias, van a parar con las medias!!! Es tan sagaz!!! orden y prolijo, es su consigna. Hace mucho, mucho tiempo entendió que los zapatos deben limpiarse después de usarlos y antes de guardarlos, y con esmero y ahínco ocupa horas en esta tarea. Comprende y valora el planchado, y trata a las prendas delicadamente. Etereo como es, le molesta mucho cuando dejás el control remoto del tv todo pringoso, mezclado entre las mantas, y por ello, lo limpia y lustra hasta que la señal infrarroja sea perfecta. Nunca jamás mezcla tus sueters de bremer con el resto de la ropa; un duende ancestral le transmitió el poderoso conocimiento que demuestra que el resto de las prendas se llenan de los pelitos del bremer, y queda feo ponerse un pantalón negro lleno de pelos blancos. ¿Magia? sí, magia... es un duende mágico...

El duende verde: Alto (para ser duende), apuesto y con garbo, recorre el living a sus anchas. Su aspecto es el de un maitre de hotel cinco estrellas. Silencioso y cabizbajo, junta los zapatos que dejaste al lado de la puerta de entrada, y se los alcanza al duende azul. Acomoda almohadones, y pone posavasos en los muebles que se manchan, para que puedas despreocupadamente apoyar tu vaso chorreante. Adora la música, en especial los cd's; por ese motivo, cierra todas las cajitas que dejaste abiertas, para que no se llenen de polvo, y los guarda ordenadamente en el rack de los cd's. Cuelga tus llaves en el llavero, para que puedas encontrarlas; guarda los paraguas en el paraguero, porque dice que abiertos en el living, traen mala suerte. Acomoda revistas, y ordena el diario por secciones, dándole un formato tabloide estéticamente tan agradable!!! Le obsesiona un juego que llama "las No-Visitas": consiste en arrimar todas las sillas del comedor, a la mesa, en forma ordenada. El porque del nombre del juego, es obvio... (¿no?) Hay que verlo recorrer los pisos encerados cuando vé un vaso vacío!!! con aspecto contrariado, apresuradamente se lo alcanza al duende rojo para que lo limpie.

Los duendes rojo, azul y blanco: Todos, además de sus tareas específicas, se encargan de despegar los moquitos que luego de una artesanal tarea dactilar lograste convertir en una perfecta esferita, y pegaste en los lugares más inverosímiles. Los despegan, y los arrojan al cesto de residuos. Bien por tu gimnasia digital!!! tendrás los dedos índice y pulgar más fuertes del mundo.... ese es mi chico!!!

Ahora... si sos un escéptico que no crees en los duendecillos, tendrás que hacerte cargo de la delirante y absurda idea que todas esas tareas son efectuadas por un ser humano, igual a vos, a quien le joroban y molestan tanto como a vos.

DIGO YO, VOS, CREES EN LOS DUENDECILLOS???

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