lunes, 30 de marzo de 2009

Ni los unos, ni los otros

Ni el Gobierno, ni los sojeros.
Creo que este documento del Lic. Montenegro (Premio Nobel Alternativo), merece ser leído.
Aunque sea por nuestros hijos, aunque sea por nuestros nietos. Aunque sea para sentirse menos títere.
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Qué duro es sentirse minoría en un país de falsas mayorías.
Qué duro es ver que el gobierno nacional y los ruralistas luchan entre sí cuando son cómplices necesarios del país sojero.
Qué duro es ver cacerolas relucientes y llenas de soja RR en el asfalto civilizado de Buenos Aires. Que duro es ver las cacerolas renegridas y sin tierra de los campesinos de Santiago del Estero.
Que duro es ver a los estudiantes de universidades argentinas con sus carteles de apoyo a los ruralistas en huelga, como si Monsanto y el Che Guevara pudieran darse la mano.
Que duro es recordar que esas cacerolas relucientes, esos estudiantes movilizados y esas familias temerosas del abastecimiento no salieron a la calle cuando los terratenientes de este siglo XXI expulsaron a familias y pueblos enteros para plantar su soja maldita.
Qué duro es ver la furia ruralista al amparo de reyes sojeros como el Grupo Grobocopatel.
Qué duro es ver el rostro reseco de Doña Juana expulsada, de doña Juana sin tierra, de doña Juana con sus muertos bajo la soja.
Qué duro es ver que se cortan las rutas para que China y Europa no dejen de tener soja fresca, y para que Monsanto no deje de vender sus semillas y sus agroquímicos.
Qué duro es comprobar, con los dientes apretados, y con el corazón desierto y sin bosques, que nadie habló en nombre de los indígenas expulsados de sus territorios, de sus plantas medicinales, de su cultura y de su tiempo para que la soja y el glifosato sean los nuevos algarrobos y los nuevos duendes del monte.
Qué duro es ver con las manos y tocar con los ojos que nadie habló en nombre de los campesinos echados a topadora limpia, a bastonazos y a decisiones judiciales sin justicia para que ingresen el endosulfán, las promotoras de Basf y las palas mecánicas con aire acondicionado.
Qué duro es saber que nadie habló en nombre del suelo destruido por la soja y por el cóctel de plaguicidas.
Qué duro es comprobar que muchos productores, gobiernos y ciudadanos no saben que los suelos solo son fabricados por los bosques y ambientes nativos, y nunca por los cultivos industriales.
Qué duro es saber que para fabricar 2,5 centímetros de suelo en ambientes templados hacen falta de 700 a 1200 años, y que la soja los romperá en mucho menos tiempo.
Qué duro es recordar que el 80% de los bosques nativos ya fue destrozado, y que funcionarios y productores no ven o no quieren ver que la única forma de tener un país más sustentable es conservar al mismo tiempo superficies equivalentes de ambientes naturales y de cultivos diversificados.
Qué duro es observar cómo se extingue el campesino que convivía con el monte, y cómo lo reemplaza una gran empresa agrícola que empieza irónicamente sus actividades destruyendo ese monte.
Qué duro es ver que el monocultivo de la soja refleja el monocultivo de cerebros, la ineptitud de los funcionarios públicos y el silencio de la gente buena.
Qué duro es saber que miles de Argentinos están expuestos a las bajas dosis de plaguicidas, y que miles de personas enferman y mueren para que China y Europa puedan alimentar su ganado con soja.
Qué duro es saber que las bajas dosis de glifosato, endosulfán, 2,4 D y otros plaguicidas pueden alterar el sistema hormonal de bebés, niños, adolescentes y adultos, y que no sabemos cuántos de ellos enfermaron y murieron por culpa de las bajas dosis porque el estado no hace estudios epidemiológicos.
Qué duro es saber que los bosques y ambientes nativos se desmoronan, que las cuencas hídricas donde se fabrica el agua son invadidas por cultivos, y que Argentina está exportando su genocidio sojero a la Amazonia Boliviana.
Qué duro es comprobar que las cacerolas relucientes son más fáciles de sacar que las topadoras y el monocultivo.
Qué duro es comprobar que en nombre de las exportaciones se violan todos los días, impunemente, los derechos de generaciones de Argentinos que todavía no nacieron.
Qué duro es ver las imágenes por televisión, los piquetes y las cacerolas mientras las almas sin tierra de los campesinos y los indígenas no tienen imágenes, ni piquetes, ni cacerolas que los defiendan.
Qué duro es comprobar que estas reflexiones escritas a medianoche solo circularán en la casi clandestinidad mientras Monsanto gira sus divisas a Estados Unidos, mientras las topadoras desmontan miles de hectáreas en nuestro chaco semiárido para que rápidamente tengamos 19 millones de hectáreas plantadas con soja, y mientras miles de niños argentinos duermen sin saber que su sangre tiene plaguicidas, y que su país alguna vez tuvo bosques que fabricaban suelo y conservaban agua.
Muy cerca de ellos las cacerolas abolladas vuelven a la cocina.

Dr. Raul A. Montenegro, BiólogoPresidente de FUNAMPremio Nobel Alternativo 2004 (RLA-Estocolmo, Suecia).
Profesor Titular de Biologia Evolutiva,Universidad Nacional de Cordoba (Argentina)
Responder a: montenegro@funam.org.ar

martes, 17 de marzo de 2009

Vamos a hacerla corta, ¿sí?

Hoy sale SG y pide el regreso de la colimba.
Hace unos días, salió SG y junto con otros muchos más, pedía pena de muerte.
Antes salió Blumberg, y bajó la edad de la imputabilidad.
Antes, pedían la "puto isla".Y así puedo mencionar cientos de cosas.
Digo yo, ya que la mayoría está de acuerdo, ¿por qué no nos dejamos de eufemismos y la hacemos corta?
En el monumental de River, Circo. Que la gente tenga lo que quiere, pan y circo.
Que rejunten villeros de todos lados (no es cuestión de discrimar, que todas las villas estén presentes, y de todo el país), y los tiran ahí dentro, y ponen leones, leopardos, bah cualquier bicho que Greenpeace no proteja (no vaya a ser estar en contra de los animalitos, Dios nos libre y nos guarde...)
Función diaria en el circo, 50 villeros por día.
O negritos, o planes trabajar, lo que más les guste y como quieran llamarlos.Me parece que hay que abreviar, esto está llevando demasiado tiempo, y es al cuete.
El pueblo quiere pan y circo, bueno, "deámosle" pan y circo.

viernes, 6 de marzo de 2009

Little Person, de "Synecdoche, New York"

Soy una personita
una persona en un mar
de mucha gentecita que no es conciente de mí
Hago mi trabajitoy vivo mi vidita
Como mis alimentitos pierdo mi niñito y mi esposita
Y en algún lugar, tal vez algún día
Tal vez en algún lugar muy lejano
encuentre a otra segunda personita
que me mirará, y me dirá
"Te conozco".
"Tú eres a quien he esperado"
"Divirtámonos"
"La vida es preciosa"
"Cada minuto"
"Y aún más preciosa contigo en ella"
"Por tanto, divirtámonos"
"Me alegro de haberte encontrado"
"Como girando a tu alrededor"
"Eres el indicado"
"No podría haber sido mejor"
Y en algún lugar, tal vez algún día
Tal vez en algún lugar muy lejano
Y en algún lugar, tal vez algún día
Tal vez en algún lugar muy lejano
Y en algún lugar, tal vez algún día
Tal vez en algún lugar muy lejano
encuentre a otra segunda personita
Y saldremos, y jugaremos.




Escrita por Charlie Kaufman y Jon Brion

Interpretada por Deanna Storey
Traducción de almitamu@hotmail.com

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